A veces cuando vuelvo a mirar(me), sorprendo un guiño furtivo del destino que me dice que esto no es un sueño, sino que es la vida que se vive a sí misma a través de mí.
A veces como esta vez, ya no es un guiño sino una señal con altavoces... si no aleteo lo suficiente la marea de los acontecimientos terminará por abrumarme con una pesadilla de buenas intenciones y una náusea de sueños prestados.
miércoles, 4 de junio de 2008
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